Al tiempo que se populariza el uso de Design Sprints en empresas que buscan crear soluciones innovadoras, también se generan mitos y verdades a medias sobre esta metodología. En este artículo te contamos los más comunes.

En los últimos años, Design Sprint se convirtió en una de las metodologías más utilizadas por startups y empresas de innovación. Se trata de un proceso que ayuda a los equipos a mejorar sus productos y servicios, y acelerar la toma de decisiones y la resolución de problemas en proyectos de alto riesgo.
Sin embargo, en este tiempo también se generó una gran cantidad de desinformación en torno a Design Sprint, y aparecieron varios mitos que no tardaron en propagarse entre profesionales y empresas.
En este artículo vamos a explicarte cuáles son los mitos e ideas equivocadas más comunes que surgieron en torno a Design Sprint y qué verdad se esconde detrás de ellos.

Mito 1: Los Design Sprints son sólo para startups
Cuando Google Ventures creó Design Sprint lo hizo con un objetivo claro: ayudar a startups a agilizar sus procesos internos de trabajo y optimizar la capacidad de los equipos para encontrar soluciones innovadoras frente a diferentes problemas.
En contraposición, las empresas tradicionales suelen tener procesos de trabajo fuertemente arraigados y muchas veces se muestran reticentes a incorporar nuevos métodos. Asimismo, cuanto más grande es la empresa, sus departamentos suelen estar más aislados unos de otros y eso dificulta la realización de un Design Sprint, dado que requiere la participación de un equipo heterogéneo.
Sin embargo, existen grandes organizaciones que aplican regularmente Design Sprints en sus proyectos y logran incorporar metodologías ágiles en sus procesos de trabajo sin dificultades. Algunos ejemplos destacados de estas empresas son: BMW, British Museum, IBM, Vueling y Home Depot.
Es posible incorporar Design Sprint a los procesos de trabajo independientemente del tamaño de una organización. No obstante, es importante tener en cuenta que, cuando se trata de una empresa grande sin experiencia en metodologías ágiles, resulta indispensable contar con la colaboración de facilitadores capacitados que conduzcan y coordinen las sesiones.
Mito 2: Design Sprint pueden resolver cualquier tipo de problema
Según Jake Knapp, Design Sprint fue creado con el objetivo de resolver problemas de forma rápida y efectiva. Sin embargo, esto no significa que valga la pena realizar un Sprint para cada uno de los problemas que una organización enfrenta.
La razón principal está directamente relacionada a la inversión de tiempo, dinero y recursos que un Design Sprint requiere. En términos generales, un Design Sprint necesita de la completa disposición de un equipo de entre 5 y 7 personas durante cinco días completos. Y esto representa un costo significativo para cualquier organización.
Por lo tanto, los Design Sprints únicamente deben implementarse en proyectos cuyo riesgo, impacto y retorno de inversión justifique la utilización de esta metodología.
Mito 3: Design Sprint sirve únicamente para la creación de productos digitales
Es verdad que muchos de los casos de éxito que conocemos sobre Design Sprint están vinculados a productos digitales. Esto se debe a que se trata de una metodología empleada principalmente por compañías que, en general, son empresas ligadas a la tecnología y la innovación.
Al mismo tiempo, Design Sprint permite a los equipos de trabajo construir prototipos digitales de una forma rápida y sencilla, tanto si se trata de apps mobile como de sitios web.
Sin embargo, lo que mucha gente no sabe es que la metodología puede emplearse para desarrollar productos o servicios físicos; o incluso para plantear soluciones físicas ante problemas estrictamente digitales.
Design Sprint es una metodología que no pretende determinar de antemano cuál debe ser la naturaleza de la solución de un problema.
Un ejemplo claro de este principio se observa en el libro Sprint de Jake Knapp. Aquí, el autor pone como ejemplo la compañía productora de café en granos Blue Bottle que empleó esta metodología para mejorar el marketing de su producto, y tomó como inspiración otro producto físico: una barra de chocolate.
Mito 4: Los Design Sprints están hechos sólo para diseñadores
Si bien es cierto que quienes usualmente coordinan los Design Sprints son personas formadas en diseño y metodologías ágiles, un Design Sprint no es una metodología exclusiva para diseñadores. Más bien, todo lo contrario.
Jake Knapp asegura que un Design Sprint efectivo necesita contar con la participación de un equipo multidisciplinario y heterogéneo. De esta forma, explica el autor, se evitan los sesgos a la hora de plantear soluciones y se produce un intercambio de ideas más variado y fructífero.
En este sentido, Design Sprint debe incluir representantes de todos los departamentos involucrados en un proyecto. Muchas veces, el éxito de un Sprint radica en la capacidad que tienen personas de distintas formaciones para abordar un problema desde perspectivas diferentes y generar ideas innovadoras.
Mito 5: Un Design Sprint es una garantía de ideas y productos exitosos
En la industria de tecnología e innovación es muy común encontrarse con referentes de startups hablando de cómo los Design Sprints los ayudaron a mejorar su producto o servicio, y a agilizar sus procesos de trabajo.
Sin embargo, un Design Sprint no es una garantía de éxito. Esta metodología fue pensada originalmente para reducir los riesgos de tomar malas decisiones ante problemas de diseño o de negocio.
Técnicas como Design Sprint y Design Thinking ayudan a los equipos a desarrollar soluciones innovadoras, pero es posible que esas soluciones, en última instancia, no sean las ideales para determinado segmento de mercado, que resulten muy costosas de producir, o que no tengan un retorno que justifique la inversión a largo plazo.
En definitiva, el valor real de los Design Sprints es su capacidad para, en sólo cinco días de trabajo, permitir a una organización darse cuenta de si una idea tiene o no potencial de éxito. Se trata esencialmente de comprender un problema, concebir una solución posible y validarla con una muestra representativa de usuarios reales.

Conclusión
La existencia de mitos y verdades a medias atentan directamente contra la posibilidad de incorporar nuevas metodologías y estrategias a los procesos de trabajo.
En este sentido, no contar con información precisa acerca de qué es y cómo funciona un Design Sprint tiene como consecuencia que esa metodología sea empleada de forma incorrecta, por las razones equivocadas o no se aprovecha al máximo.
A la hora de implementar un Design Sprint, o cualquier otra herramienta de diseño, es importante contar con la guía y el asesoramiento de personas capacitadas en este campo.
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